Su amputación fue traumática porque le trajo muchos dolores y un postoperatorio brutal. El muñón le dolía al roce, sus aullidos erizaban la piel. Por más de una cabeza pasó que quizás lo mejor era que dejara de sufrir...pero se siguió luchando por ella.
Con morfina, Aurora "toleraba" el dolor, su muñón fue cicatrizando, y a ella se le iba viendo cada día mejor aspecto.
Se fue a la resistencia canina donde algunos de los perros de Argos esperan la llegada de una familia.
Aurora descansando tras una carrera con los amigos |
Su suerte fue cambiando, y retirando los analgésicos Aurora seguía sin tener dolor, mientras, sus ganas de jugar y correr iban aumentando.
Aurora, tierna y noble donde las haya, se ganó la confianza y el cariño de todos rápidamente, incluido el de la propietaria de la residencia, quien la consentía y la dejaba suelta alguna vez que otra.
Un día, alguien se fijó en Aurora desde el otro lado del Atlántico y llegó el día que Aurora se marchó para ser feliz para siempre.
Mucha pena nos invade al saber que probablemente no la volvamos a ver mas que en fotos, pero siempre permanecerá en nuestros corazones.
Aurora y su mirada limpia |
La mirada de tu perro, es el mejor espejo donde puedes comprobar la grandeza de tu alma. (Anónimo)
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