Dicho esto, comienzo mi entrada.
A los perros, les gusta prácticamente todo, todo lo que esté sabroso (un calabacín crudo no). Además, muchos de ellos, por no decir la mayoría, no son capaces de ponerse un tope en la ingesta de comida, con lo cuál, lo que le des, se lo come.
Debemos tener en cuenta que el organismo de un perro no es como el nuestro, con lo cuál no tiene la tolerancia a ciertas sustancias como nosotros.
"No le des azúcar que se queda ciego, que los perros son diabéticos". Esta frase es para analizar. No es que sean diabéticos, no es que se queden ciegos. Es que el organismo de los perros, no sintetiza el azúcar como el nuestro, con lo cuál, la ingesta debe ser medida.
Lo mismo ocurre con la sal, ellos no necesitan tener la comidita rica y sabrosa para comerla, así que omitan la sal. Yo no sé ustedes, pero yo he probado el pienso y la carne enlatada y eso está soso, lo que quiere decir, que si la comida para perros, está sosa, es porque los profesionales que la fabrican han estudiado el organismo y así debe ser. Con todo y con eso, a ellos les parece una exquisitez.
Los perros grandes, normalmente son los que "mejor" comen, ya que son menos mimados, pero...y los pequeños? Los perros pequeños han probado ya, todos los menús para humanos. Luego vienen las piedras en el riñón o en la vejiga...Otra manía, huesos para los perros. Tengan precaución con los huesos tiernos y finos tipo pollo o cordero, al morderlos, se quedan puntiagudos y ya por desgracia conocí a un perro que falleció por ingerir un hueso de estas características y quedársele atravesado en el esófago.
En resumidas cuentas, os aconsejo que hagáis lo más fácil, comprarles piensos que son lo que mejor y más sano pueden comer, ya que su organismo lo tolera y además su dentadura lo agradecerá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario